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Historia y Orígenes

Cortijo Desgarrahatos fue fundado por los hermanos José y Francisco Artillo Cano en 1985, en pleno paraje de la sierra antequerana.

Situado a tan solo 8 kilómetros de Antequera, una de esas ciudades que invitan a caminar. No sólo por su dimensión, que alcanza los cerca de 45.000 habitantes, sino por la proximidad física y continuada de sus lugares de interés: Conventos, Iglesias, Patios de casas señoriales; sin olvidar los dólmenes más importantes de Europa: Menga, Viera y Romeral, ni la imponente Real Colegiata de Santa María la Mayor.

Es entonces, muy cerca de este cúmulo de historia universal, en el centro geográfico de Andalucía y a los pies de las Sierras de El Torcal, donde pastan las yeguas de Cortijo Desgarrahatos, en una meseta dulcemente alomada y poblada de encinas y quejigos. 130 hectáreas dedicadas a la yeguada, donde hay lugar para que los potros vivan en libertad hasta bien cumplidos los tres años. Las modernas técnicas sanitarias de reproducción, selección y manejo se complementan con una crianza natural en grandes espacios, la cual durante siglos es la que ha conformado la rusticidad, la funcionalidad y el carácter de nuestra raza de caballos andaluces (P.R.E.).

Toda nuestra historia comienza en el año 1986, con la compra de una potra de dos años: FAROLERA XXVI y dos potras de un año: REQUERIDA y TRIUNFADORA, hijas de un mismo caballo: MOSQUETERO II. Un magnífico ejemplar tordo hijo de Bordador V, del antiguo hierro de los Hermanos Bahones. Este caballo es el único, hasta ahora, que hemos visto galopar en el sitio, hacer paso español y passage hacia atrás. Además hijo del legendario Hacendoso IV, caballo puro cartujano de la actual Yeguada del Hierro del Bocado, y de Consentida II, hija directa de Cafre, con más del 75% de sangre cartujana y procedente de la Yeguada Militar.

Por otro lado, las madres de nuestras potras eran hijas de Barquillero XII, hijo de Botinero III, caballos puros cartujanos. Así pues, el origen de nuestra yeguada es la sangre cartujana con unas gotas de Hermanos Bahones y Yeguada Militar. Y es que fue sin duda todo estos orígenes, comprobando la espectacular doma y belleza que se había alcanzado con Mosquetero II.
Hoy en día toda nuestra línea ha evolucionado, al igual que lo hace el caballo Pura Raza Español, con ejemplares de una gran funcionalidad deportiva y teniendo siempre presente el buen carácter y nobleza que les caracteriza. Caballos que sin duda alguna cumplen nuestros objetivos como ganaderos.